¿Cómo vender arena en el desierto?
¿Es posible?
Por supuesto que lo es. De hecho, se hace.
A ver.
Hace años, rodando en 4×4 por el desierto del Sahara llegamos a una imponente duna roja.
Sí, roja. De un color arcilloso potente que destacaba de las demás dunas como un oso negro en mitad de la nieve.
El sitio no estaba transitado. Nada transitado, pues estaba a 3 días en coche de un pueblecito y a 5 días de un pueblo.
¿Conclusión?
Todos los locales (y los que no también) querían arena de esa duna.
Una vez más el principio de escasez funciona, para algo tan simple como la arena.
¿Por qué esa duna roja está allí y no en otra parte?
Por los vientos.
Sí, por los vientos.
Los vientos soplan y arrastran la arena del Sahara hasta nuestras playas, por ejemplo. Por eso unas playas tienen un tono de arena (e incluso textura) y otras otro distinto.
Los granos de arena más finos viajan más lejos y los más pesados menos lejos.
Así que, alguien que tiene arena por doquier en el patio de su casa, como todos sus vecinos, te pagaría por una arena especial, rara y difícil de conseguir. Y te pagaría bien.
Es la edición limitada de las arenas del desierto. Junto con la blanca, claro.
A esa duna de arena blanca también llegamos. Aunque eso fue otro día.
¿Para qué te sirve a ti este ejemplo?
Para mucho, si eres listo, y para nada si no lo eres.
Tu producto o servicio se puede diferenciar de la competencia.
Es algo que siempre puede hacerse y de formas infinitas.
Ya sabes, si quieres que hablemos de lo que ofreces y de lo que quieres conseguir:
Te dejo el Whatsapp aquí, por si quieres que agendemos una llamada.
Pasa un buen día.