Esta estrategia es tan simple de entender, que de puro simple que es casi nadie la emplea.

Sobre todo si vendes servicios.

Si vendes productos físicos, también se aplica, pero con matices.

Ahora bien, si vendes servicios los descuentos son para los de dentro. Para los que ya son tus clientes y punto.

¿Por qué?

¿Cómo te sentirías si contratas un servicio por 1.000€ y un mes después tu cuñado contrata el mismo servicio por 885€?

¿Engañado?

Sé que lo has pillado. 

Partimos de la base de que bajar precios para que tu negocio funcione mejor, no suele ser buena idea. De hecho, la mayoría de las veces es muy mala. Peor que mala.

Nota mental para ti: La mayoría de la gente no sabe poner precios a sus productos. Si necesitas ayuda con esto, mejor te suscribes.

El precio tiene que ser el que es y punto, y si quieres tener un detalle, tenlo con alguien que ya sea cliente. El por qué de esto, tiene muchas raices en la psicología humana y aquí sólo te voy a dar una.

Sentido de ego:

“Normalmente esto vale X, pero a mí por ser cliente me lo han dejado en Y”

A la gente le encanta reafirmar su ego. Les apasiona sentirse más afortunados, más listos y más capaces que los demás- Y para hacerlo, la mayoría recurre a contarlo.

¿Qué ocurre cuando hablan de su descuento exclusivo, que han conseguido por ser tus clientes?

Dos cosas.

La primera es que te hacen publicidad y totalmente gratis (no hay mejor publicidad que esa).

La segunda, que muchas de esas personas querrán ese descuento y por ello te comprarán algo para poder lograrlo.

Dale una vuelta.

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Pasa buen día.