Hay pocos negocios con más competencia que el de las camisetas. Ya sean camisetas personalizadas o de marca.
Si te tendría que recomendar uno de los dos, te recomendaría las camisetas personalizadas como negocio.
Porque construir una marca es caro y largo. Se puede, sí. Y se puede ser muy rentable, pero a costa de muchas cosas que lo mismo no tienes.
Igualmente, lo que te voy a contar, vale para ambos modelos, la marca y las personalizadas.
Y te hablo de las camisetas indestructibles.
¿Sabes que tengo una camiseta con más de 25 años?
Como te lo cuento. Es indestructible.
¿Y sabes lo peor?
No tiene marca. Nada de nada, era de esas genéricas que compras en vete a saber donde.
Porque si hubiera tenido marca, ¿sabes quién sería su cliente más fiel?
Yo.
Competir por precio en el mundo de las camisetas, no debe de ser tu negocio principal, de ninguna manera.
Los por qué son varios.
Margen ridículo, necesidad de alta rotación, de gran flujo de caja, gestión de pérdidas con devoluciones…
En cambio. ofrecer un producto de durabilidad muy extendida y explotar esa cualidad, es algo que, aunque no te lo creas, casi nadie hace.
Luego hay nicho a explotar y creeme, que hay productos que cumplen con lo que necesitas.
Por un lado hay tejidos que lo aguantan casi todo y hay técnicas de impresión que también.
Con un producto así, puedes explotarlo de diferentes maneras. Lo puedes vender hasta roto de antemano.
Sí, roto. Ya te contaré si llegamos a trabajar juntos.
Ojo, que con las camisetas malas, puedes hacer algo que casi nadie hace:
Usar la técnica siguiente:
“Nuestras camisetas no aguantan más de un lavado y si lo aguantan te hacemos descuento en tu siguiente compra”
¿Ves por donde voy?
Ni te haces idea del negocio que se puede sacar con un enfoque como el que te acabo de regalar.
Si quieres que hablemos de lo que ofreces y de lo que quieres conseguir:
Te dejo el Whatsapp aquí, por si quieres que agendemos una llamada.
Pasa un buen día.