Calidad percibida

La calidad percibida, es lo que hace que los seres humanos como tú y como yo nos decidamos por una cosa en vez de otra.

Pero espera, que aquí viene lo bueno.

Podríamos estar decidiendo entre dos cosas. Dos gafas de sol, por ejemplo.

Y terminaríamos decidiéndonos por la que nos parece de más calidad, mas mejor y todo eso.

No te he puesto este ejemplo por poner. No.

Este ejemplo es el rey o casi de la calidad percibida, porque ocurre todos los días miles y miles de veces.

Verás.

Fabricantes de gafas de sol en el mundo, lo que se dice fabricantes en masa, no hay muchos.

Lo que sí que hay son muchos distribuidores o mayoristas, que no son fabricantes.

Ahora te voy a poner el ejemplo dentro del ejemplo (Ejemplo gafas de sol, con caso concreto):

Las Oakley Frogskins son uno de los modelos más vendidos de Oakley y las puedes comprar de 120 a 222 euros.

¿Todo bien?

Pues ahora te vas a otras marcas conocidas y generalistas de gafas de sol y encontrarás el mismo modelo de marco de gafa por 15€.

La gafa es la misma exactamente y las lentes polarizadas las mismas también. Se muy bien de lo que hablo y si algún día trabajamos juntos y tienes curiosidad te lo cuento.

Sigo.

¿Sabes qué es lo que más vale de tus gafas de sol nuevas y recien compradas?

¿Las lentes?

¿La gafa en sí?

No.

Que no.

La caja.

Sí. La caja es lo que más vale. Después la funda y por último la gafa.

¿Por qué? Fácil.

Todo lo que rodea a la gafa en sí, es lo que le da el valor percibido. Piénsalo.

Mira. Otro ejemplo de hace un montón de años y por casualidad.

La que hoy es mi mujer, me había regalado un reloj Lotus. El precio de mercado de entonces era de 480€.

Por casualidades de la vida, terminé hablando con el que era el dueño de Lotus y Festina y claro, me desgranó los costes de mi reloj.

¿Adivinas qué era lo más caro?

La caja, sí. La dichosa caja.

De hecho, la correa era más cara que el resto del reloj. Los precios de eso, ya te los digo en persona cuando trabajemos juntos.

Otro ejemplo más del día a día que puedes trasladar a miles de productos.

Tu bolsa de snack favorito. Ya sean patatas fritas o cualquier cosa llena de colorantes y demás.

¿Sabes qué es lo más caro de tu snack?

¿Las patatas? ¿En serio?

La bolsa, sí. La bolsa.

Porque es lo que genera el valor percibido para el cliente.

Y por qué te cuento todo esto.

Fácil.

Si tu producto o servicio es bueno (no trabajo con porquerías, ni con estafas), seguramente no lo estés empaquetando bien.

Y empaquetar no es sólo meterlo en una caja. Empaquetar puede ser simplemente describir un servicio.

Para eso, gente como tu que quiere vender más, me contrata.

Para diseñar textos, estrategias y sí, productos nuevos también.

Pasa un buen día.

Te dejo el Whatsapp aquí, por si quieres que agendemos una llamada.

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